Cero en Conducta:
Henry miró el reloj. Dos de la madrugada. Cerró el libro con desesperación. Seguramente que mañana sería reprobado. Entre más quería hundirse en la geometría, menos la entendía. Dos fracasos ya, y sin duda iba a perder un año. Sólo un milagro podía salvarlo. Se levanto. ¿Un milagro? ¿Y por qué no? Siempre se habia interesado en la magia negra. Tenía libros. Había encontrado instrucciones sencillísimas para llamar a los demonios y someterlos a su voluntad. Nunca había hecho la prueba. Era el momento: ahora o nunca.
Sacó del estante el mejor libro sobre magia negra. Era fácil. Algunas fórmulas. Ponerse al abrigo de un pentágono. El Demonio llega. No puede nada contra uno, y se obtiene lo que quiera. Probemos.
Movio los muebles hacia la pared, dejando el suelo limpio. Después dibujó sobre el piso, con un gis, el pentágono protector, en cada uno de los 6 lados puso velas negras, agarró el libro y empezó con el hechizo. Pronunció las palabras cabalísticas. El demonio era horrible en verdad, ya que no venía en ningún ''recipiente'', pero Henry se acopio de valor y se puso a dictar su voluntad.
- Siempre he tenido cero en geometría...- empezó
- A quién se lo dices...- Contesto el demonio con burla.
Y saltó las líneas del hexágono para devorar a Henry, que el muy idiota pendejo, había dibujado en lugar de un pentágono un hexágono.
Frederic Brow, ''Cero en Geometría'', en El Libro de la Imaginación, Fondo de Cultura Económica, México, 2006, págs 166-167